
Mi propuesta no solamente se basa en volver a la antigua tradición de ir a ver este tipo de espectáculos. Se podrían trabajar varias materias en una sola tarea, como estudiar el edificio que se visita y trabajar la historia, analizar el tipo de texto empleado en la obra y así fomentar la literatura, trabajar la música, escenografía, vestuario, buscar información del escritor, director, actores y hasta intentar entrevistar a alguno de ellos. Creo que sería muy interesante y productivo.
Esta actividad podría abrir intereses a gente que quizás no sepa muchas cosas sobre este arte y gracias a esto descubra una nueva pasión. Claro que hay alumnos desinteresados en pagar dinero para hacer una cosa que no les gusta, por eso mi propuesta sería que estas excursiones fuesen voluntarias y no obligadas, pero que los alumnos y profesores interesados puedan pasar un buen rato a la vez que aprenden conceptos que no se enseñan en la ESO.
Me gustaría terminar recordando una frase que leí en la revista musical catalana Enderrock y que me marcó mucho. Esta la citaba el cantautor y actor nacido en Cataluña, Andreu Rifé: “El teatro y la música tendrían que ser asignaturas obligatorias en las escuelas”. Le doy la razón, porque el teatro nos enseña las partes de la vida que uno mismo no se atreve a contar, y nos habla de la crueldad que nos encontramos a cada paso que damos. Esa ironía que no se nos enseña pero que está presente cada día. Creo que el teatro es una buena manera de entender qué nos depara el futuro y la vida. Con él aprendemos a gestionar nuestras emociones.
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