Llegué al concurso más o menos una hora antes de que
empezara. La calle estaba llenísima de coches de las familias de los
concursantes, al igual que la entrada del edificio. El pabellón de INEFC era
más grande de lo que me imaginaba. Como era un complejo deportivo estaba todo
lleno de adolescentes entrenando o realizando partidos de diversos deportes:
baloncesto, voleibol…
Todo estaba perfectamente organizado y señalizado. Fui
a la cola del 1r Ciclo de la ESO (1º y 2º) y esperé a mi turno. La espera
resultaba interminable. No estaba nada nervioso, pero al entrar en la sala
entré en pánico (disimulé, pero estaba lleno de pánico). ¡Una sala de entre
150-180 alumnos con apellidos de la P a la Z! Me senté en el sitio que me
indicó el profesor y esperé a las 12:04, que fue cuando empezamos el examen.

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