Recuerdos.

Somos un instituto que hace muchas cosas interesantes, divertidas, creativas. . . En muchos centros sucede esto mismo, lo sabemos. Pero también somos conscientes de que hacer memoria histórica es importante. Nuestra intención es poder recoger algunas de estas experiencias. Ya contamos con una revista y una página web fantásticas y pretendemos trabajar en esta misma dirección. La finalidad no es otra que jugar una vez más con las letras, con las palabras, con las imágenes, con los sonidos, con los colores. . . y a través de ellos comunicar, compartir, ilusionarnos y recrear momentos mágicos del mundo de la enseñanza. El objetivo es hacerlo a través de la fantástica mirada de los alumnos. Con su ingenio y su percepción iremos construyendo este blog.

dimecres, 4 de maig del 2016

KREFELD, ABRIL 2016


La semana pasada, algunos de los alumnos de tercero del instituto Lluís Domenech i 
Montaner fuimos a krefeld (Alemania).  Krefeld es una ciudad situada al este de
Alemania cerca de Dusseldorf y de Holanda. Habitan el  doble de personas que en
Mataró, pero cualquier persona que visitara las dos ciudades diría que Mataró es más
grande. Para ser una ciudad con casi 250.000 habitantes hay infinidad de casas, y los
pisos son bonitos y grandes. Vemos mucha naturaleza y vayas donde vayas
encontraras jardines verdes y parques bonitos. El centro de la ciudad de Krefeld es
como las afueras de Mataró.

Yo no puedo hablar por todos mis compañeros del intercambio, pero en la casa que
me recibieron fueron muy educados y amables. Me trataron de la misma manera en
que lo hicimos en mi casa: con cariño, respeto y mucha comida. Yo vivía en una casa
muy grande y podía tener habitación propia, pero otros compañeros míos, vivían en
pisos donde no tenían más habitaciones libres y tenían que compartirla. Esto es algo a
lo que te tienes que adaptar. Yo cenaba a las siete, pero había amigos míos  que
algunos días no cenaban, y por eso me siento afortunada con la familia que me tocó.
Como he dicho anteriormente la mayoría de los alemanes comen temprano y cenan a
las siete, algo que aquí en España sería impensable. Hasta las siete la gente trabaja,
pero después de esa hora ya no puedes encontrar ninguna tienda abierta, porque se
van a casa a cenar y a hacer vida familiar. Esta costumbre no me gustaba porque
encontrarme todo cerrado tan pronto me sorprendía, pero después vi que es algo muy
bueno porque así la gente puede hacer vida familiar. Una costumbre que me ha
chocado mucho, es que los alemanes no se abrazan, es algo que no está muy buen
visto y si se dan un abrazo no debe ser muy fuerte.  En este país la gente acostumbra a
ser muy reservada.

 Fuimos a tres ciudades de excursión. La primera fue el martes y viajamos a Aachen una ciudad muy bonita y llena de historia. Nos hicieron una visita guiada por los lugares más bellos e importantes. Duró aproximadamente dos horas. Cuando terminó hicimos las exposiciones y tuvimos tiempo libre para comer, pasear o comprar por el pueblo. El miércoles también fuimos de excursión, pero sin nuestros alemanes, y el sitio escogido fue Düsseldorf. Una ciudad muy bonita. Visitamos la torre y tuvimos más tiempo para ir de compras o comer que el martes. Algo que a mí me fue muy bien porque es una ciudad llena de tiendas que me encantan. Y finalmente el jueves fuimos a köln. Este día volvimos a ir de excursión con nuestros alemanes igual que hicimos el martes. Fuimos a un museo donde nos hicieron otra visita guiada de una hora y media. Más tarde subimos a una catedral donde había 500 escalones, y tras esta maratón nos fuimos a comer. Vimos el puente de los candados, donde las parejas ponen uno y tiran la llave al rio de manera que el amor que sienten nunca terminará. Después de tener tiempo libre, durante dos horas, volvimos a Krefeld satisfechos por esta experiencia.




Hacer un intercambio tiene cosas buenas y malas, y no todo lo que viví en Alemania
me gustó. Hay muchas cosas positivas, como que el medio ambiento es muy verde, la
gente no contamina, hay más vida familiar que aquí en España… pero también tiene
cosas sorprendentes. Tuve que acostumbrarme a cenar muy temprano y a que las
tiendas cerraran cuando el sol aún estaba presente, incluso tuve que adaptarme a salir
cuarenta y cinco minutos antes de que empezara el colegio y llegar media hora antes.
Pero todo esto es aceptable y soportable si lo contrarrestas con la experiencia de vivir
un intercambio e ir a Alemania. Si estás en segundo de ESO y aun dudas en si hacer
este intercambio o no te recomiendo que te apuntes porque es una experiencia que vale la pena vivir.

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